En la derechona de este país, hay gente de renombre que, casi a diario, nos ilustra con una doble vara de medir y una moralina de doble rasero. Por eso proponemos hoy ejercitar mínimamente la memoria; para recordar, no sólo a dónde vamos, sino también de dónde venimos.
Aquéllos que en su día se opusieron con fervor a la Constitución (verbi gratiam Aznarín y sus bigotes) hoy la defienden como si fuera un vademécum de su creación; después se opusieron con vehemencia a la ley del divorcio; con tanta que, haciendo un alarde de coherencia, una vez aprobada le sacaron el gustillo a romper la indisolubilidad del matrimonio y empezaron a dar ejemplo de casquivanía con Alvarez Cascos a la cabeza.
Más tarde, la ley del aborto era un tremendo atropello y convenía dejarlo como estaba: que las decentes fueran a Londres en viajes de finde y las mujeres de baja condición acudieran a la curandera de turno; tuvieron dos legislaturas de gobierno para derogar la ley, pero no lo hicieron; no por falta de ganas, sino porque electoralmente les parecía inoportuno.
Vino después el matrimonio homosexual y ya fue el acabose; ante el sonrojo de militantes del PP (que veían una oportunidad para legalizarse como parejas de hecho con todos los derechos) asistimos a un vodevil nuevamente cogidos de la mano la derechona y la Conferencia Episcopal al grito de “la familia se rompe”. Esa Conferencia Episcopal de los eminentísimos Cañizares, Roucos, Caminos o Palmeros (obispo de Orihuela-Alicante) que siguen aireando a los cuatro vientos, basándose en la Biología, que “ser homosexual es una enfermedad y nadie quiere serlo”; son los mismos que han intentado tapar los abusos sexuales y a pederastas entre sus propias filas como asuntillos de mal menor que no deben airearse y tienen que tratarse con discreción.
Tuvieron 40 años para interesarse por los derechos humanos y no les hicieron ni pito caso; al contrario, fueron bien a gusto de la mano del dictador para aprovecharse de los “diezmos y primicias” y atesorar poder a costa del meter el miedo a la gente; la simbiosis fue tal que aún hoy estamos discutiendo y polemizando si en la procesión del corpus de Toledo se tiene que tocar el himno nacional por cadetes del ejército.
Afortunadamente, los católicos de base muestran un sentido común y una tolerancia infinitamente mayores que los de sus mosenes directivos.
Con la Educación para la ciudadanía nos atronaron los oídos, cual bandada de grajos, arengándonos con que se rompía el derecho fundamental de las familias a elegir la educación de sus hijos, que era una asignatura ideológica y que patatín patatán; curiosamente es de agradecer que la editorial SM, de la Iglesia, fue de las primeras en editar documentos de apoyo y propuestas para el desarrollo de esta materia, por cierto muy interesantes. La solución que tomaron ideólogos sesudos de la talla de Francisco Camps, fue cumplir la ley dando la educación para la ciudadanía en inglés. Vivir para ver.
Simultáneamente, para abundar en la teoría de la cuadratura del círculo, el coro de obispos prebostes defendían que la asignatura de religión católica fuese obligatoria y calificable para la nota media; y que los crucifijos debían permanecer en los colegios no sólo como símbolo religioso, sino también como elemento inherente y consustancial a la cultura hispánica.
Llegó la ley de reconocimiento de la dependencia y han puesto todas las trabas posibles y palos en las ruedas para su desarrollo; achacan que es competencia del Gobierno y que es él quien tiene que poner el dinero; en cambio, en otras cuestiones que le interesan más, son muy diligentes para reclamar la competencia de las Comunidades Autónomas o de los Ayuntamientos (por ejemplo la disposición del suelo y los planes de urbanismo). En el desarrollo de esta ley se puede ver bien claro qué Comunidades están comprometidas con su vertiente social y cuáles están haciendo un paripé de pan como unas tortas.
Con la reforma de los estatutos de autonomía el lema es “España se rompe”; frases y párrafos literalmente idénticos se apoyan en una Comunidad y se impugnan en otra. La estupidez y contradicción es tal que a al pueblo nos dan ganas de meter en un barco a todos los políticos que los negociaron, y también al Tribunal constitucional con ellos, y mandarlos a tomar por saco.
La actual reforma de la ley del aborto, de nuevo solivianta a la curia y los políticos de moralina fácil que de nuevo nos arengan –como si la ley de redujera a eso- sobre el riesgo de que todas las chicas menores de edad van a ponerse a abortar y, además, con el desconocimiento de sus padres; y, aunque la ley está aprobada, no faltan mandatarios, como Ramón Luis Valcárcel, presidente de la Comunidad de Murcia, que dicen que no hay motivos ni obligación de cumplirla, o que las clínicas no están técnicamente preparadas para ello.
En estos días, dentro de una operación policial ordenada por la Fiscalía Anticorrupción y para esclarecer una trama vinculada con la contrata de basuras, han registrado el despacho oficial y el domicilio del presidente de la Diputación de Alicante y líder del PP en Alicante, José Joaquín Ripoll que ha quedado libre con cargos. En el PP de inmediato han criticado las formas y le han echado la culpa a la policía, a la fiscalía y a Rubalcaba.
Pues bien, si las formas en política son tan importantes, ¿cuándo se dará cuenta esta clase política de que están orinando fuera del tiesto y, lo que es peor, que nos cae encima a la ciudadanía?.
¿Qué pasa en un partido en el que tiene dirigentes sobre los que se cierne tantas sospechas más que fundadas, como Jaume Matas, Carlos Fabra, Francisco Camps, Luis Bárcenas, Romero de Tejada, López Viejo, Alfonso Bosch Tejedor, Jesús Merino, Jesús Sepulveda…?.
¿Es ésta la alternativa de gobierno?.
Y cuando se les piden explicaciones, se revuelven, no negando, porque las evidencias cada vez son más claras, pero sí diciendo "¡Y tú más!"; mientras, le dan la vuelta a la tortilla para pasar, por arte de birlibirloque, de saqueadores a víctimas de oscuras conspiraciones institucionales.
La opinión de Dolores de Cospedal, que se autoproclama dirigente del partido de los trabajadores, cuando presenta unos ingresos cercanos a los 230.000 euros anuales (3 millones de ptas. al mes) ¿es la más indicada para darnos le
cciones de cómo apretarse el cinturón?. Se puede juntar con Magdalena Alvarez que también pasará a cobrar 20.000 euros al mes por ser vicepresidenta del Banco Europeo de inversiones y a lo que hay que añadir, además, el sueldo de ex-ministra
Subimos hoy al blog la viñeta de el Roto, siempre con su ingenio agudo y acertado. Y, cómo no, aceptamos al Pulpo alemán Paul, (por su magnífica predicción sobre el resultado del partido Alemania-España) como animal de compañía; solicitamos consideración especial como ave protegida en peligro de extinción y promovemos su asilo político en Galicia ante el riesgo fundado e inminente de que el animalito termine amenizando una vinagreta en algún restaurante alemán.
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