En los tiempos que corren, si no tienes un entrenador personal no estás al día. Y si no que se lo pregunten al expreside
nte del Gobierno Jose Mari Aznar. Gracias a la rutina de gimnasio supervisada por su preparador físico Bernardino Lombao y que incluye ni más ni menos que 2000 “abominables” diarias, nuestro Aznarín a sus 56 años está hecho un chaval: “tiene 12 años menos que su edad biológica” –asegura Lombao. ¡Ahí es nada!.
De esta guisa ha podido lucir bíceps, triceps y ¡cómo no! las marcadas tabletas de chocolate en donde habitualmente relumbra la barriga cervecera.
De vacaciones con la familia, al parecer en las playas de Cerdeña, ha causado furor su cuerpo esculpido de Adonis musculoso y de intenso bronceado chicharril . Hemos subido al blogsss dos fotos de este galán que rivaliza seriamente con Berlusconi en la sintomatología del síndrome de Peter Pan: una actual y otra de hace un año para establecer una comparativa. Comparando las dos Venus, cuál es más y cuál es menos -como diría Javier Krahe- vemos diferencias notables y persistencias interesantes: Un bronceado impecablemente homogéneo, con pectorales, brazos y bajo vientre rasurados frente a un torso más lechoso y con pelillos que sombrean levemente.
El reloj, antaño en la muñeca izquierda, ha pasado decididamente a la derecha, en donde se encuentra más suelto.
Los músculos se muestran alegremente definidos sin necesidad de contener la respiración y meter barriga, porque cuando se tiene tan buena genética, como es el caso, con cualquier cosita que se haga en el gimnasio enseguida se destaca y se marca. Hay quien dice -para gustos se han hecho los colores- que en esta segunda adolescencia senil se le ve sensiblemente más huesudo ¿qué os parece?.
Permanece el pelo humedecido hacia atrás en el momento del baño que al secar se divide, como no podría ser de otra manera, en una amplia raya a la derecha (en portugués “avenida dos piollos”).
También persiste la melena de un impecable negro azabache e inmune a las canas (al igual que Berlusconi y, por supuesto, nos referimos a las capilares). Este tupé se aventura ondeando al viento de forma cautivadora como la de algunos futbolistas cuando corren presumiendo de cabellera meneosa.
Las gafas de sol le confieren un aire entre Carlos Fabra y Tom Cruise en momento de éxtasis natural como lider evangelizador de la iglesia de la cienciología.
Debajo de esas dos cejas (malagueña salerosa, dice la canción) se adivina una mirada preclara y sin prejuicios, propia de quien se sabe poseedor de la verdad absoluta y con una infalibilidad pontifical en materia de armas de destrucción masiva y de recetas para salir de la crisis.
El bigote, semirasurado al dos, deja entrever ese gracejo expresivo propenso a la sonrisa “albis dentibus” a la que nos tiene acostumbrados.

De esta guisa ha podido lucir bíceps, triceps y ¡cómo no! las marcadas tabletas de chocolate en donde habitualmente relumbra la barriga cervecera.
De vacaciones con la familia, al parecer en las playas de Cerdeña, ha causado furor su cuerpo esculpido de Adonis musculoso y de intenso bronceado chicharril . Hemos subido al blogsss dos fotos de este galán que rivaliza seriamente con Berlusconi en la sintomatología del síndrome de Peter Pan: una actual y otra de hace un año para establecer una comparativa. Comparando las dos Venus, cuál es más y cuál es menos -como diría Javier Krahe- vemos diferencias notables y persistencias interesantes: Un bronceado impecablemente homogéneo, con pectorales, brazos y bajo vientre rasurados frente a un torso más lechoso y con pelillos que sombrean levemente.
El reloj, antaño en la muñeca izquierda, ha pasado decididamente a la derecha, en donde se encuentra más suelto.

Los músculos se muestran alegremente definidos sin necesidad de contener la respiración y meter barriga, porque cuando se tiene tan buena genética, como es el caso, con cualquier cosita que se haga en el gimnasio enseguida se destaca y se marca. Hay quien dice -para gustos se han hecho los colores- que en esta segunda adolescencia senil se le ve sensiblemente más huesudo ¿qué os parece?.
Permanece el pelo humedecido hacia atrás en el momento del baño que al secar se divide, como no podría ser de otra manera, en una amplia raya a la derecha (en portugués “avenida dos piollos”).
También persiste la melena de un impecable negro azabache e inmune a las canas (al igual que Berlusconi y, por supuesto, nos referimos a las capilares). Este tupé se aventura ondeando al viento de forma cautivadora como la de algunos futbolistas cuando corren presumiendo de cabellera meneosa.
Las gafas de sol le confieren un aire entre Carlos Fabra y Tom Cruise en momento de éxtasis natural como lider evangelizador de la iglesia de la cienciología.
Debajo de esas dos cejas (malagueña salerosa, dice la canción) se adivina una mirada preclara y sin prejuicios, propia de quien se sabe poseedor de la verdad absoluta y con una infalibilidad pontifical en materia de armas de destrucción masiva y de recetas para salir de la crisis.
El bigote, semirasurado al dos, deja entrever ese gracejo expresivo propenso a la sonrisa “albis dentibus” a la que nos tiene acostumbrados.

Para quien quiera seguir la tendencia, ofrecemos un gráfico con las claves del éxito metrosexuá, obtenidas después de una seria y concienzuda investigación (le pregunté directamente a mi vecina Angelita).
Coincide que en estos días su buena amiga y dilecta compañera de partido Teófila Martínez, a la sazón alcaldesa de Cádiz, ha emitido una ordenanza municipal en el que se multa con 750 euros a quienes se bañen o paseen por las playas del municipio en desnudo integral. La razón de peso que argumenta el gobierno municipal es que la ciudad cuenta con playas de carácter “familiar”, por lo que el nudismo “no debe ser permitido”. Esta nueva incompatibilidad encontrada por la alcaldesa entre “familia” y “desnudo integral” (que suponemos muy al gusto de los monseñores Rouco Varela, Cañizares y Camino) nos ha dejado francamente noqueados y preocupados.
Noqueados porque el argumento ofende al sentido común y la relación entre ambos conceptos para justificar la medida es la misma que la que tiene el culo con las témporas. Y preocupados por los Servicios municipales porque ¡vaya papelón! Tener que ir sorteando las dunas a salto de mata para ver si pillan a alguien mostrando todos sus atributos naturales al aire y ponerle una “receta” de cuantía similar a la de quien esté haciendo una barbacoa veraniega en un sitio prohibido.
Seguro que a la alcaldesa doña Teófila se le caen los palos del sombrajo cuando perciba una afluencia masiva de desnudos integrales en la playa textil; incluso, quien sabe si no surgirá una asociación denominada “la familia por el desnudo integral”; y el pasear por la playa o bañarse sólo con calcetines, ¿se considerará desnudo integral?.
¡Vaya por Dios!. Sin duda alguna hay otros modos de hacer la playa un lugar de disfrute compatible para todos/as. Sobre todo cuando la diferencia entre una playa “textil” y otra “tetil” sólo persiste en la versión X de ciertas mentes calenturientas que se niegan a evolucionar con los tiempos.
Por si acaso, y volviendo a nuestro Rambito nacional, para que no tenga problemas con la ordenanza de la alcaldesa gaditana, proponemos una fotito con modificación de su atuendo playero, conservando la parte posterior del bañador y sustituyendo la frontal con una clásica y oportuna hoja de parra similar a la que lucían Adán y Eva en el paraíso terrenal. Por cierto, tengo una duda que me concome y que tal vez los pastores de la moral, mencionados más arriba, me puedan resolver: Adán y Eva, ¿tenían ombligo?.
Buen verano y cuidadín con el sol.
Noqueados porque el argumento ofende al sentido común y la relación entre ambos conceptos para justificar la medida es la misma que la que tiene el culo con las témporas. Y preocupados por los Servicios municipales porque ¡vaya papelón! Tener que ir sorteando las dunas a salto de mata para ver si pillan a alguien mostrando todos sus atributos naturales al aire y ponerle una “receta” de cuantía similar a la de quien esté haciendo una barbacoa veraniega en un sitio prohibido.
Seguro que a la alcaldesa doña Teófila se le caen los palos del sombrajo cuando perciba una afluencia masiva de desnudos integrales en la playa textil; incluso, quien sabe si no surgirá una asociación denominada “la familia por el desnudo integral”; y el pasear por la playa o bañarse sólo con calcetines, ¿se considerará desnudo integral?.

¡Vaya por Dios!. Sin duda alguna hay otros modos de hacer la playa un lugar de disfrute compatible para todos/as. Sobre todo cuando la diferencia entre una playa “textil” y otra “tetil” sólo persiste en la versión X de ciertas mentes calenturientas que se niegan a evolucionar con los tiempos.
Por si acaso, y volviendo a nuestro Rambito nacional, para que no tenga problemas con la ordenanza de la alcaldesa gaditana, proponemos una fotito con modificación de su atuendo playero, conservando la parte posterior del bañador y sustituyendo la frontal con una clásica y oportuna hoja de parra similar a la que lucían Adán y Eva en el paraíso terrenal. Por cierto, tengo una duda que me concome y que tal vez los pastores de la moral, mencionados más arriba, me puedan resolver: Adán y Eva, ¿tenían ombligo?.
Buen verano y cuidadín con el sol.