
Allá va la receta; buen provecho.
Se coge un hatillo de empleados públicos cualesquiera (si son funcionarios, el plato incluso gana en sabor) y se sacuden sin contemplaciones al grito de “estoy que muerdo, ¡que te bajen el sueldo!”; a este ritual puede llamarse al presidente de la CEOE, un tal Díaz Ferrán para actúe de plañidero como jefe de protocolo.
A continuación, agarrándolos por los pies, se meten sin contemplaciones en un caldero con una solución de vinagre y sosa cáustica (al 50%, es decir mitad y mitad); es importante que se introduzcan cabeza abajo, para que se les bajen los humos cuanto antes y queden suaves como guantes; el caldero se deja a macerar ante la ventanilla de cualquier Ministerio para que todo viandante que pase le agregue, si lo desea, un chorro generoso de ácido acético o sosa cáustica, según su propio criterio.
Una vez macerados convenientemente y cuando el bravío está ya bien mermado, se ponen a escurrir por el clásico procedimiento del vilipendio: se les insulta hasta dejarlos pingando cual hoja de perejil; se sugieren apelativos como vagos, maleantes, corruptos, parásitos y similares; si alguien quiere otros apelativos más originales, puede contactar con una tal Esperanzita Aguirre, que es experta en estas lides de descalificar al colectivo público.
Cuando ya están bien escurridos y se les ha puesto bien verdes, se pueden preparar de diversas formas; nosotros proponemos una versión del estafado nacional, que es un guiso consistente y apto para todas las Comunidades Autónomas.
Se vierten, sin trocear, en una sartén con un poquito de aceite: un manojo de ajetes tiernos, cuarto y mitad de capullos de amanita muscaria (la seta de los enanitos), unas tuercas de tamaño mediano y media docena de alcachofas de Tudela; en cuanto coge ligero color de sofrito, se retiran los ingredientes para un bol y se reservan.
En la misma sartén se coloca cada uno de los empleados públicos del hatillo, numerados, con el DNI en la boca y con la oreja izquierda para abajo; se doran a fuego fuerte durante 5 minutos.
Cuando el DNI está churruscado, se le van agregando los ingredientes reservados en el bol y con el siguiente proceder: se les da la vuelta uno a uno y se les aprietan las tuercas; a continuación, se les coloca una alcachofa, per cápita y a modo de micrófono, por si tienen algo que decir; luego se utilizan los ajetes para tapar los ojetes y se redondea la faena agregando las setas en las napias, como la nariz de un payaso, hasta que las alucinaciones sean evidentes; eso se sabe porque cuando se le dice en voz alta a la oreja “ata la jata a la verja”, el funcionario ni se inmuta.
Todo el guiso se deja a fuego medio durante bastante tiempo; por lo menos hasta la siguiente paga extraordinaria.
Si por un casual, durante la cocción, se oyese algún murmullo como “mecaguennn” o “quetedén”, subir el fuego de inmediato y dar unos golpecitos con la badila en la zona de procedencia del gemido, moviendo simultáneamente la sartén a ritmo de “pil, pil” para que se aberronche bien el guisote; conviene también anotar la incidencia y remitir un telegrama a Rajoy para que lo incluya como pregunta en las sesiones de control al gobierno, como suceso subversivo e intolerable.
Se sirve en plato pequeño de modo que los entresijos de los empleados/as públicos cuelguen por los lados; de esta forma es más evidente y vistoso el ajuste de cara a la sociedad; si se presenta en todos los telediarios nacionales o en las tertulias de radio con comentarios de “era hora de atacar a estos privilegiados” entonces ya es la repanocha y queda meridianamente claro que
Si por un casual, durante la cocción, se oyese algún murmullo como “mecaguennn” o “quetedén”, subir el fuego de inmediato y dar unos golpecitos con la badila en la zona de procedencia del gemido, moviendo simultáneamente la sartén a ritmo de “pil, pil” para que se aberronche bien el guisote; conviene también anotar la incidencia y remitir un telegrama a Rajoy para que lo incluya como pregunta en las sesiones de control al gobierno, como suceso subversivo e intolerable.
Se sirve en plato pequeño de modo que los entresijos de los empleados/as públicos cuelguen por los lados; de esta forma es más evidente y vistoso el ajuste de cara a la sociedad; si se presenta en todos los telediarios nacionales o en las tertulias de radio con comentarios de “era hora de atacar a estos privilegiados” entonces ya es la repanocha y queda meridianamente claro que
el tener un trabajo estable es un peligroso delito.
Por fin podemos decir que los empleados públicos vivimos en la montaña rusa: sin comerlo ni beberlo, pasamos de ser los pringadillos de turno en época de bonanza (de ganancia para otros, porque en esa época se nos exigía moderación salarial), a ser los privilegiados de mierda, cuando la bonanza ha acabado en la panza de los de siempre (y entonces se nos congela y se nos baja el sueldo como solución a la crisis que otros crearon).
Por supuesto, el empleo lo hemos conseguido en una tómbola y sin ningún esfuerzo.
Se nos sigue presentando por el tópico del funcionario negligente de ventanilla de la época de Matusalén juzgando a todos los empleados/as públicos de una forma, además de injusta, absolutamente falsa; a todos: a los empleados sanitarios, de educación, de policía, de justicia, de administración y hacienda, de limpieza, etc.etc.
Ahora se estila el "yo, de mayor, quiero ser funcionario/a". Lástima que, como decía mi abuela, “unos tienen la fama y otros cardan la lana”.
Y para colmo, Esperanzita, que cada vez se supera a sí misma, nos regala otra perla cuando se le preguntó si a ella le afectaría el impuesto para las rentas más altas que, rumor tras rumor, prepara el gobierno; “que lo pague Bono, -dice la condesa- que yo soy pobre de pedir”.
Ay señor, señor, tal para cual; tanto monta, monta tanto
Y Si de sacar un "bono" se trata, mejor que le pregunten a un tal Carlos Fabra, presidente de la Diputación de Castellón, cómo es posible que en 5 años le haya tocado la lotería 4 veces. Si eso no es lo que todo el mundo piensa, yo soy sobrino directo de Tutanjamón.
Es tan pobre, la pobrecita, que la hemos encontrado mendigando, le hemos sacado una instantánea y la subimos hoy al bloggssssssss.