Como escribía Maruja Torres el hace unos días en el artículo “Volquemonos” (14-1-2010 El país) “una nueva cabronada de la Naturaleza ha dejado un país devastado”.
Haití: un país en el que llueve sobre mojado, asolado por catástrofes, caciques y dictaduras; con abundancia en miserias, analfabetismo y enfermedades; un país en el que el 85% de la población sobrevive con menos de un euro al día (el salario medio ronda los 386 euros al año).
Y, a pesar de todo, sus gentes, hospitalarias, nos dan lecciones de solidaridad con esa solemne y serena dignidad que otorga la pobreza.
Sólo con pensar en la posibilidad de perderlo todo en un instante se nos encoge el corazón (a los seres queridos, los amigos, la vivienda, los enseres, la intimidad, los recuerdos…la vida).
Sólo con pensar lo que puede sentir la gente que hemos visto en las noticias se nos inunda la mirada de tristeza; personas que deambulan de un lado a otro, como sonámbulos; que miran el montón de escombros en donde días atrás estaba su hogar; que llevan un niño en brazos sin rumbo ni destino; que lloran y lloran intentando saber algo de sus padres…
Sólo con pensar lo que puede sentir la gente que hemos visto en las noticias se nos inunda la mirada de tristeza; personas que deambulan de un lado a otro, como sonámbulos; que miran el montón de escombros en donde días atrás estaba su hogar; que llevan un niño en brazos sin rumbo ni destino; que lloran y lloran intentando saber algo de sus padres…
Para que luego venga un recién estrenado obispo de San Sebastián monseñor José Ignacio Munilla, a soltar la memez supina arengándonos con que "Existen males mayores que los que esos pobres de Haití están sufriendo estos días"; esos males mayores por los que deberíamos llorar serían los inherentes a "nuestra pobre situación espiritual y nuestra concepción materialista de la vida".
Luego, claro está, son los medios de comunicación los que han manipulado, tergiversado y distorsionado con fórceps sus palabras y que él se refería a una razón teológica. ¡y una mierda!
Luego, claro está, son los medios de comunicación los que han manipulado, tergiversado y distorsionado con fórceps sus palabras y que él se refería a una razón teológica. ¡y una mierda!
Yo estaba escuchando la entrevista y no daba crédito a lo que oía; y de inocente, nada; porque este monseñor –que no es neófito para colaborar y opinar en los medios de comunicación- alertó previamente diciendo: “quizás suene muy fuerte lo que voy a decir”; y luego la soltó.
Quien tenga alguna duda, que escuche la grabación y después valore si se ha manipulado su opinión o el susodicho se pasó un pelín como un chorizo de gordo.
Quien tenga alguna duda, que escuche la grabación y después valore si se ha manipulado su opinión o el susodicho se pasó un pelín como un chorizo de gordo.
Debería recordar este mosén, al parecer conocedor de la pobreza mediante cursos por correspondencia, que, como decía Tomas Moro, no se puede pedir a los pobres que piensen con el estómago vacío.
Y sobre nuestra pobreza espiritual, que no se preocupe tanto, pues ya hace muchos años, un Señor en el sermón de la montaña, bendecía a los pobres de espíritu porque de ellos sería el reino de los cielos.
Por otro lado, nuestro reconocimiento y respeto para los/las religiosos que llevan años trabajando a pie de obra y ayudando a la población de Haití; no se merecen tener jefes de esta catadura.
Por otro lado, nuestro reconocimiento y respeto para los/las religiosos que llevan años trabajando a pie de obra y ayudando a la población de Haití; no se merecen tener jefes de esta catadura.
En fin, monseñor; ahora lo que toca es olvidarse ¡ay!de tí y volcarse con Haití.
Recordamos para ello que:
Solidaridad Internacional ha abierto dos cuentas para hacer donaciones que serán destinadas a satisfacer las necesidades de una población devastada por la catástrofe.
Banco Santander
Titular: Solidaridad Internacional
Cuenta: 0049 0001 54 2210042242
Caja Madrid
Titular: Solidaridad Internacional
Cuenta 2038 1001 37 6000888882
La Cruz Roja Española también ha puesto en marcha un operativo para ayudar a las víctimas, y ha habilitado un número de teléfono para contactarse y ofrecer ayuda: 902 22 22 92.
Otras entidades se suman a la ayuda humanitaria, y la organización Intermón Oxfam, que trabaja en 46 países, habilita sus números de cuenta para colaborar.
La Caixa 2100-0765-81-0200111128
Caixa Catalunya 2013-0500-16-0213198878
Caja Madrid 2038-8978-17-6000016604
CAN 2054-0300-56-9157938948
Santander 0049-1806-91-2111869471
BBVA 0182-6035-49-0201502475
Banc Sabadell-Atlántico 0081-7011-11-0001698879
Puestos a comparar, y para que la comparación sea visualmente más evidente, subimos hoy al blogsssss varias fotos: una del pastor eclesiástico preocupado por la pobreza espiritual y otras de la pobreza real; cada cual que compare y escoja. (Si haces clic en cada imagen puedes verla con mayor nitidez)
También le dedicamos un comentario en forma de coplilla que Miralarima publicó hace unos días en
http://www.elreves.es/2010/01/15/monseor-munilla-la-mete-hasta-el-fondo/
Munilla ya se ha estrenado
También le dedicamos un comentario en forma de coplilla que Miralarima publicó hace unos días en
http://www.elreves.es/2010/01/15/monseor-munilla-la-mete-hasta-el-fondo/
Munilla ya se ha estrenado
y no con mucho buen pie.
Munilla es que se ha estrellado
en su entrevista en la SER.
El obispo ha estado torpe
cuando ha dicho tal que así:
“existen males mayores
que los que sufren allí
en ese país tan pobre
conocido como Haití”,
refiriéndose al estado
de las almas españolas
por su espíritu apagado
y sobre las que ha afirmado
“…pero por esas no lloran”.
Y es que no es muy de recibo
poner en una balanza
el anticlericalismo
con tragedias tan amargas.
Mire usted, señor obispo,
como si queman a Santas,
se ríen de Jesucristo,
o pintan en sus estampas…
nada hay peor que ver niños
muriendo por las calzadas,
a cientos, cientos de heridos,
gentes que quedan sin casa,
gentes que pobres han sido
y que ya no tienen nada,
muertos por todos sitios,
gentes sin esperanza,
padres que pierden sus niños
y familias destrozadas,
un pueblo que llora a gritos
porque su vida se apaga.
Ya quisieran los Haitianos
no tener otros problemas
que pensar si son cristianos
o alguna otra fé profesan.
Gestos desafortunados
como el que usted nos presenta,
señor arzobispo vasco,
consiguen crear vergüenza
hasta en los propios cristianos
a los que no representa
con comentarios tan vanos
que a la sociedad alejan.
en su entrevista en la SER.
El obispo ha estado torpe
cuando ha dicho tal que así:
“existen males mayores
que los que sufren allí
en ese país tan pobre
conocido como Haití”,
refiriéndose al estado
de las almas españolas
por su espíritu apagado
y sobre las que ha afirmado
“…pero por esas no lloran”.
Y es que no es muy de recibo
poner en una balanza
el anticlericalismo
con tragedias tan amargas.
Mire usted, señor obispo,
como si queman a Santas,
se ríen de Jesucristo,
o pintan en sus estampas…
nada hay peor que ver niños
muriendo por las calzadas,
a cientos, cientos de heridos,
gentes que quedan sin casa,
gentes que pobres han sido
y que ya no tienen nada,
muertos por todos sitios,
gentes sin esperanza,
padres que pierden sus niños
y familias destrozadas,
un pueblo que llora a gritos
porque su vida se apaga.
Ya quisieran los Haitianos
no tener otros problemas
que pensar si son cristianos
o alguna otra fé profesan.
Gestos desafortunados
como el que usted nos presenta,
señor arzobispo vasco,
consiguen crear vergüenza
hasta en los propios cristianos
a los que no representa
con comentarios tan vanos
que a la sociedad alejan.
1 comentario:
Como siempre, estais a la altura de las circunstancias, recordándonos que hay que ser solidario ante las tragedias. Se me ha ocurrido un destino que tenía pendiente a los famosos 80 euros de bonificación por la prueba de 6º. Ya que no pudimos hacerlo de forma colectiva, lo haré a título personal, pero lo comento por si a alguien más le vale la idea. La jerarquía eclesial española, y en particular Monseñor Munilla(mejor Suseñor, porque mio no es nada), como siempre tan sensible al dolor ajeno, nos obsequia con unas declaraciones sonrojantes y de verguenza ajena. Menos mal que hay otros miembros de la iglesia ejemplares, que luchan por ayudar a los demas. No se merecen estos dirigentes.
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