domingo, 22 de marzo de 2009

RODABALLO HORNEADO AL ESTILO ESPERANZITA

Para los no iniciados, el rodaballo es un animalito primo hermano del tiburón que, en un descuido, fue atropellado por una apisonadora; desde entonces tiene aspecto de gorra de plato, nada atravesado y reposa disimulado en el fondo aberronchándose contra la arena. Documentos de uso reservado acreditan que la apisonadora que atropelló al inocente rodaballo pertenecía a la empresa de F. Correa y que el trágico suceso ocurrió mientras la mencionada empresa realizaba tareas de acondicionamiento en los bajos fondos de las marismas para dar un pelotazo con unos terrenitos. Esperanzita, la jefa de cocina, por si acaso, se ha apresurado a decir que nadie de su familia tiene ninguna parcela en el municipio y el asunto del rodaballo es un invento de los medios de comunicación para disimular la crisis y calumniar a los que se llevan los dineros.
Pues bien, una vez que se tiene el rodaballo, se le dan unos sartenazos para que suelte las escamas (con cautela pues el rodaballo escamado se azora y enrojece porque es muy vergonzoso); a continuación se le acondicionan las espinas con un cortauñas para que gane en presencia; si el rodaballo es salvaje se peina con la raya a un lado; a ser posible con caída a la derecha. Se deja reposar en la fuente de hornear durante 30 minutos dándole de vez en cuando una colleja para que se avenga a razones; una vez que ya está bien magreado, es el momento de añadir ajo picado en abundancia y con frenesí; conviene mezclar las diferentes variedades ya que eso va a dar un aroma particular a la salsa. En la Comunidad de Madrid no hay problema para encontrar con facilidad todas las clases de ajo; proponemos 20 gr. de “ajo Derse tocan”, 10 gr de “ajo Lines”, 3 dientes de “ajo...Robarse” y una pizca de “ajo Faifa”; para los más atrevidos y amantes de emociones fuertes una cucharada de “ajo Ag Agag” es un ingrediente que garantiza el sabor de una velada inolvidable para trincar.
Se riega todo con aceite, virgen extra, por supuesto con el nihil obstat correspondiente del censor episcopal para garantizar su virginidad.
Se puede añadir medio limón exprimido, aunque una simple mirada de la jefa de cocina puede ser suficiente para que al rodaballo se le agrie el carácter.
Si está en época de desove, la preparación conlleva mayores requisitos: en este caso hay que avisar a Mosén Rouco (en su defecto Mosen Camino o Cañizares) para garantizar que los óvulos en cuestión no sean utilizados en investigaciones con células madre ni puedan ser emparentados con embriones de lince. Además, según estos pastores esclesiásticos, ya se sabe que las rodaballas van siempre provocando al macho rodaballo de pro, por lo que si se descubre algún rodaballo con un preservativo en la cola, no dudar en poner el hecho en conocimiento episcopal mediante un comunicado con el asunto “vaya, vaya con la rodaballa”.
Volviendo al punto de cocción, el rodaballo es un pez generoso al que enseguida se le abren las carnes, por lo que 10-15 minutos de horno son suficientes; por encima de ese tiempo se pasa rápidamente del “asado-churruscado” al “castaña-oscura”, punto en el que nuestra chef de cocina es auténtica experta.
El emplatado no requiere especial diseño; basta con que la cola no salga del plato. Si se quiere un catering para celebración de un evento, puede encargarse un proyecto privado y discrecional al GRAN ADO S, F.

Una vez que se ha degustado el plato animamos a todos/as a la huelga de la enseñanza el 25 de marzo.


Es un modo de demostrar que no siempre el pez grande se come al chico.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuidadin que la cosa se pone fea Miren como va la cosa en el siguiente enlace que puede desaparecer este blog cuando la EsperanZita se entere.
: http://mangasverdes.es/2009/03/11/free-blogger-ayudemos-a-los-bloggers-italianos/

Anónimo dijo...

Por mucho Chanel nº 5 que se eche a los enjuagues que hacen en esta Comunidad sus indignos mandatari@s, el pescado huele a podrido y "canta la Traviata" de aquí a Lima. Y hablando de pescado,noto al colectivo de la Red de Orientación desinflado, pensando que ya está "todo el pescado vendido". Creo que, si hacemos caso al dibujo ingenioso de esta última publicación, los peces chicos pueden dar la vuelta a la tortilla. La cosa es no rendirse y creer que podemos ganar. Al menos que no nos quedemos con la pena de no haber luchado hasta el final. ¡Cosas más raras se han visto!