- Un manojo de PTSC o TS.
- 100 gramos de cebollino.
- 80 gr de azucar (necesitamos noticias dulces).
Preparación:
Conviene aclarar, antes de ponernos el delantal, que cuando decimos PTSC nos referimos habitualmente a “Profesores Técnicos de Servicios a la Comunidad”, pero que esto a la “Comunidad”, no le ha parecido nada bien y por eso, a iniciativa de la gran coz-cinera Lucía Figar, ha cambiado el significado por el de “Por Todos los Santos, Callarsus”, muchísimo más acorde con los tiempos que corren.
De modo similar, el perfil de TS, que tradicionalmente se ha entendido como “Trabajador Social” ha pasado a denominarse “Toos en Silencio”, incluyendo también la variedad jaculatoria “Toos en Silencio, ¡coño!”; en realidad los fogones que cocinan son los mismos, sólo es cuestión de ponerle más o menos pasión al cocinarlos.
Pues bien, anotadas estas consideraciones, se coge un manojo de PTSC y se le acompaña cual lapa en su quehacer diario, diciéndole de continuo lindezas al oído en ambas orejas, al natural; al cabo de una semana, las orejas se desprenden solas de puro hastío.
Suele ser un método bastante efectivo, pero si algunas se resisten, basta con adscribirlas a un IES y meterles 4 ó 5 centros más durante un curso.
Generalmente se enfadan y a menudo se les hinchan hasta las narices, pero conviene aguantar el tirón porque suele ser sólo durante el mes de septiembre-octubre; luego se acostumbran y se les pasa, como al resto de sus compañeros de especies cercanas y cercadas. No obstante, es bueno echarles un ojo de vez en cuando por si hay que proceder con una maceración más contundente.
Una vez que tenemos las orejas fuera de su sitio y cansadas de tanto escuchar letanías y cantos de EsperanZa, se estiran con unas espátulas, agarrándolas simultáneamente por los bordes y por las ilusiones profesionales, hasta convertirlas en orejones. Generalmente el estirado se realiza mejor con las orejas en caliente, por lo que, para mantener la temperatura, es conveniente darles con el rodillo de amasar, a la vez que se les amenaza con “que te meto otros 5 centros más, ¡leche!” acompañando, si es posible, con el conocido gesto de Ruiz Mateos.
También, y como recurso excepcional, puede utilizarse el recitado de cualquier artículo de Alicia Delibes en Libertad Digital, pero sin pasarse, porque si no se quedan excesivamente planas. De todos es sabido que para algunas personas coz-cinillas, la disciplina educativa incluye una tendencia a propasarse por natura con unos buenos estirados de orejas, y puede acentuarse cuando se está matrimoniada en rango de sobrina de Arias Navarro.
A continuación se cogen los orejones y se colocan en una bandeja alineados; no es necesario que estén todos contra la pared, pero sí suficientemente separados por si acaso se amanceban.
Se prepara un caramelo disolviendo el azúcar lentamente y añadiendo pequeñas cantidades de agua sin dejar de remover con suavidad, como si fuera una beluté, hasta conseguir una textura y color suficiente para tapar los arañazos que hayan podido sufrir los orejones durante el proceso de maceración y machacado de la red de orientación. Se vierte el caramelo por encima y se espera a que cojan un aspecto vidrioso.
Acto seguido, se introduce la bandeja en otra mayor con agua y se hornea durante 30 minutos, que es lo que suele emplear en bañarse María. No obstante, como en todas las comunidades de vecinos hay alguien que se llama así podemos preguntarle directamente.
Para saber el punto de cocción, se les enseña, por la mirilla del horno, cualquier medida educativa de las tomadas por EsperanZita y si no se menean es que ya están asfixiados; no dejar que se quemen demasiado, porque adoptan posturas que no van en consonancia con lo que requieren los actos públicos.
Se sacan entonces y se guardan en el frigorífico, para reposar; (a esta especie la nevera durante un tiempo prolongado le va bien).
Al servir, se les realiza a una entrevista de adaptación social a la normativa de la Comunidad de Madrid, no vaya a ser que se maleen; con esto ya quedan perfectamente turulatos.
Este postre, puede producir flato, hipo o ambas cosas a quienes no están habituados a este trajín; enseñándoles una foto de EsperanZita, en actitud dialogante, los síntomas desaparecen de inmediato ante el susto que provoca el no estar acostumbrados a esta visión.
Hay quien adorna el plato con cebollinos picados; personalmente creo que es preferible meterlos en un sobre y enviarlos por correo certificado con acuse de recibo a la Consejera de Educación Lucía Figar, con una nota: “a escardar cebollinos” , aunque sea en una maceta.
9 comentarios:
Bueno, bueno, esta receta es total. Rica, rica....
Compañeroooooooooooooooooo, genial. Me tenías que haber visto reír por un agujerito. Elena.
GENIAL, ES TOTALMENTE INGENIOSO.
VAYA JARTÁ A REIR!
UNA TS QUE DA GUERRA Y NO SE CALLA. MARTA
GENIAL, ES TOTALMENTE INGENIOSO.
VAYA JARTÁ A REIR!
UNA TS QUE DA GUERRA Y NO SE CALLA. MARTA
Cada día estamos más inspirados. El humbor es una buene forma de luchar y resistir. Buenas tardes y buena suerte. Ruiseñor de Chamberí
O la "presión" produce MOLTO inspiración...o..mammmmma míííía...qué portentazo eres COCINILLAS!!!!...ingenio a tope, mandibulas desencajás, eres la peeeeera!!! sigue...sigue..
Fdo.: Forofa incondicional
Sois los mejores compañeros. Gracias por hacerme reir.
Una PTSC que todavía va a seguir dando guerra.....
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